lunes, septiembre 15, 2014

Los Amantes | John Connolly


Me digo que esto no es una investigación. Es a otros a quienes hay que investigar, no a mi familia, ni a mí. Ahondaré en la vida de desconocidos y sacaré a la luz sus secretos y sus mentiras, a veces por dinero y a veces porque ésa es la única manera de enterrar los viejos fantasmas, pero no deseo escarbar así en lo que siempre he creído acerca de mis padres. Ya no están en este mundo. Dejémosles en paz.
Pero quedan demasiadas preguntas sin respuesta, demasiadas inconsistencias en la narración de sus vidas, un relato iniciado por ellos y proseguido por otros. Ya no puedo abstenerme de examinarlo.

Mi padre, William Parker, Will para los amigos, murió cuando yo tenía casi dieciséis años. Era agente de policía en la comisaría del Distrito Noveno, en el Lower East Side de New York, amado por su esposa, y fiel a ella, con un hijo al que adoraba y quien a su vez lo adoraba él. Decidió seguir de uniforme, sin aspirar al ascenso, porque se conformaba con servir en las calles como policía de a pie. No tenía secretos, o al menos ninguno tan horrendo como para que él, o las personas cercanas a él, pudiera sufrir algún daño irreparable si salía a la luz. Llevaba una vida de pueblo, una existencia normal y corriente, o tan corriente como era posible considerando que sus ciclos diarios venían determinados por los turnos de guardia, los asesinatos, los robos y la drogadicción, y por los abusos de los fuertes y los crueles sobre los débiles e indefensos. Sus defectos eran menores; sus pecados, veniales.
Estas afirmaciones son falsas de la primera a la última, excepto la que sería a su hijo, aunque a veces su hijo se olvidaba de corresponder a ese amor. Al fin y al cabo, yo era un adolescente cuando murió y, a esa edad, ¿qué chico no se tira los trastos a la cabeza con su padre en un intento de establecer su primacía en la casa sobre ese viejo que ya no entiende el carácter del mundo en continuo cambio que lo rodea?


Lo reconozco, John Connolly me tiene conquistado. Es acojonante la capacidad que tiene para tejer historias y que te tenga en vilo durante todo el relato. A veces en petit comité comento: que a muchos autores de novela negra… les deja en pañales. Lo que aún no se; es por qué cuando quiero leer novela negra no elijo directamente un libro de este autor. Si aún no has leído nada de él, no se a qué estás esperando.

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