miércoles, mayo 14, 2014

Intemperie | Jesús Carrasco


Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar. Berreos como jaras calcinadas. Tumbado sobre un costado, su cuerpo en forma de zeta se encajaba en el hoyo sin dejarle apenas espacio para moverse. Los brazos envolviendo las rodillas o sirviendo de almohada, y tan sólo una mínima hornacina para el morral de las provisiones. Había dispuesto una tapadera de varas de poda sobre dos ramas gruesas que hacían las veces de vigas. Tensó el cuello y dejó suspendida la cabeza para poder escuchar con mayor claridad y, entrecerrando los ojos, aguzó el oído en busca de la voz que le había obligado a huir. No la encontró, ni tampoco distinguió ladridos y eso le alivió porque sabía que sólo un perro bien adiestrado podría descubrir su guarida. Un perdiguero o un buen trufero cojo. Quizá un sabueso inglés, uno de esos animales de cortas patas leñosas y orejas lacias que había visto una vez en un periódico llegado de la capital.


¡Menudo primer libro de Jesús Carrasco! Una dura, entrañable y hermosa novela, que comienza siendo la fuga de un niño y que a continuación se convierte enla huida con otro personaje fundamental de la historia, el cabrero. Donde se van a establecer unas relaciones que te van a llegar. Jesús Carrasco es un autor que lo tiene muy claro para no dejarte indiferente ante su relato, como muy bien dice: rodear el centro sin tocarlo. Si te gusta leer; este es un libro que no puedes dejar escapar.

4 comentarios:

Isi dijo...

¡Qué ganas de leerlo! :)

Mónica-serendipia dijo...

Todas las reseñas que leo de este libro coinciden en la fuerte personalidad autora de Jesús Carrasco (ese estilo tan marcado que tanto me gusta encontrar en los autores) y en que es una novela que no te deja indiferente. Apuntada me la llevo. Bss

Mork dijo...

Isi ya estás leyendo, pero igual es demasiado árido para tus gustos. Pero es una pasada de libro, duro… pero la vida es dura

Mork dijo...

Ya estás tardando Mónica, además como no es muy extenso casi se lee de dos sentadas