sábado, abril 30, 2011

1Q84 | Haruki Murakami


1
AOMAME
No se deje engañar por las apariencias

La radio del taxi retransmitía un programa de música clásica por FM. Sonaba la Sinfonietta de Janácek. En medio de un atasco, no podía decirse que fuera lo más apropiado para escuchar. El taxista no parecía prestar demasiada atención a la música. Aquel hombre de mediana edad simplemente observaba con la boca cerrada la interminable fila de coches que se extendía ante él, como un pescador veterano que, erguido en la proa, lee la aciaga línea de convergencia de las corrientes marinas. Aomame, bien recostada en el asiento trasero, escuchaba la música con los ojos entornados.
¿Cuántas personas habrá en el mundo que, al escuchar el inicio de la Sinfonietta de Janácek, puedan adivinar que se trata de la Sinfonietta de Janácek? La respuesta probablemente esté entre "muy pocas" y "casi ninguna". Pero Aomame, de algún modo, podía.
Janácek compuso aquella pequeña sinfonía en 1926. El tema inicial había sido creado, originalmente, como una fanfarria para una competición deportiva. Aomame se imaginaba la Checoslovaquia de 1926. La primera guerra mundial había finalizado, por fin se habían liberado del prolongado mandato de la Casa de Habsburgo, la gente bebía cerveza Pilsen en los cafés, se fabricaban flamantes ametralladoras y saboreaban la pasajera paz que había llegado a Europa Central. Ya hacía dos años que, por desgracia, Franz Kafka había abandonado este mundo. Poco después Hitler surgiría de la nada y, de repente, devoraría con avidez aquel bello país, pequeño y recogido, pero por aquel entonces nadie sabía aún que ocurriría esa catástrofe. La enseñanza más importante que la Historia ofrece a las personas tal vez sea que "en cierto momento nadie sabía lo que sucedería en el futuro". Aomame se imaginaba el apacible viento atravesando las llanuras de Bohemia y, mientras escuchaba aquella música, reflexionaba sobre las vicisitudes de la Historia.


Los que nos seguís ya sabéis que Murakami es uno de mis autores contemporáneos favoritos. En 1Q84 nos encontramos con un Murakami pletórico, el que a mi me gusta, el de Tokio Blues, el de Sputnik mi amor. Un libro que desde la primera línea te atrapa y te sumerge en el onírico universo de este autor. También destacar que es una pasada la presentación y desarrollo de los personajes, donde no sabes cual te atrae más… si tienes la oportunidad de leer este libro ponlo el primero de la lista y no esperes ni un segundo más para conocer a Tengo, a Aomame… o la Historia de la Crisálida de Aire.

2 comentarios:

Isi dijo...

Jolines, me dan ganas de mandar mi lista de libros prioritarios a tomar viento y robarte el libro ;)

Mork dijo...

Primero tienes q terminar la pila q tienes más los q te vendrán, además a ti Murakami ya sabes q no te va muchos.