domingo, marzo 29, 2009

Tu rostro mañana. 1 Fiebre y Lanza



No debería uno contar nunca nada, ni dar datos ni aportar historias ni hacer que la gente recuerde a seres que jamás han existido ni pisado la tierra o cruzado el mundo, o que sí pasaron pero estaban ya medio a salvo en el tuerto e inseguro olvido. Contar es casi siempre un regalo, incluso cuando lleva e inyecta veneno el cuento, también es un vínculo y otorgar confianza, y rara es la confianza que antes o después no se traiciona, raro el vínculo que no se enreda o anuda, y así acaba apretando y hay que tirar de navja o filo para acortarlo. ¿Cuántas de las mías permanecen intactas, de las muchas confianzas brindadas por quien tanto ha creído en su instinto y no simepre le hizo caso y ha sido ingenuo demasiado tiempo? (Ya menos, ya menos, pero la disminución de eso es muy lenta.) Siguen intactas las que deposité en dos amigos que aún las conservan, frente a las puestas en otros diez que las perdieron o desbarataron; la escasa que di a mi padre y la pudorosa que di a mi madre, muy parecidas si no fueron la misma, la de ella además no duró mucho, ya no puede defraudarla o sólo póstumamente, si hiciera yo un día algún mal decubrimiento, y dejara de ocultarse algo oculto; no perdura la de mi hermana, ni la de ninguna nov ia ni ninguna amante ni ninguna esposa pasada, presente o imaginaria (suele ser la hermana la primera esposa, la esposa niña), parece obligado que en esas relaciones se acabe utilizando lo que se sabe o se ha visto en contra del amado cónyuge --o de quien resultó ser sólo momentáneo calor y carne--, de quien hizo revelaciones y admitió un testigo para sus flaquezas y pesadumbres y se prestó a confidencias, o simplemente rememoró sobre la almohada abstraído en voz alta sin repara en los riesgos, ni en el ojo arbitrario que siempre nos mira ni en el oído selectivo y sesgado que nos escucha (muchas veces no es nada grave, una utilización sólo doméstica, defensiva y acorrolada, para cargarse de razón en un apuro dialéctico cuando se discute largo, un uso argumentativo).

Tenía muchas ganas de volver a leer a Javier Marías y lo que tenía claro era que el encuentro iba a ser con su trilogía "Tu rostro mañana", pero lo que me he encontrado me ha defraudado un pelín, en ningún momento me ha llegado a cautivar como en Mañana en la batalla piensa en mi"," no se si achacarlo a que es la primera parte de tres y sólo me lo tengo que tomar como el inicio de la historia aunque tenga una extensión de 475 páginas. Lo que tengo claro es que mañana empezaré la segunda parte para saber si tengo razón o me estoy equivocando.

2 comentarios:

Ismael Cruceta dijo...

Vaya!!
Isi me pasado tu enlace para que leyera tu reseña sobre fiebre y lanza. veo que no te ha gustado mucho, a mí, me ha parecido que marías escribe como pocos. te paso el link por si quieres leer mi reseña:

http://cajondehistorias.blogspot.com/2009/08/tu-rostro-manana-fiebre-y-lanza-de.html

saludos!!!

Mork dijo...

Hola Ismael lo q me defraudó un poco fué el final, osea qno hubiese. Pero Javier me parece un Crack, exquisito hasta la médula. Saludos Ismael