No sé porque me empeño en salir los domingos bueno si lo sé porque si vienen amigos a tu ciudad y hace mucho que no les ves pues hay que quedar y salir. Empiezas tomando unas cañitas, llegan las 12 de la noche y empezamos con las copitas así hasta las 6 de la madrugada y como no hay más pues nos vamos al 7eleven a ver a un colega que tiene el turno de noche que como se ha vuelto a enamorar pues hace 2 meses que no tenemos noticias de él. Nos abre la puerta trasera y nos deja pasar y nos dice el canalla que si queremos unas copas, será cabronazo, como que no llevamos suficiente alcohol en la sangre. Menos mal que hicimos algo inteligente y pedimos unos coffes bien cargaditos. Yo me dedique a pasear por todas los pasillos a mirar todas las cosas que había en las estanterías hasta que llegué a los libros, la mayoría purrela pero tenían el último de Paul Auster “Brooklin Follies” y claro como aún no lo he leído le dije a J que pasa si me lo llevó y me dijo: haz lo que quieras no se hace inventario hasta dentro de 6 meses. Pero pasé y lo volvía a dejar en la estantería ya me lo dejará alguien. Para finalizar que salimos de allí a las 7 de la mañana, dos horitas a la cama y ya os podéis imaginar como me encuentro ahora a las 8 de la noche y para que contaros lo largo e insoportable que se me ha hecho este día. Lo bueno es que el trío de jotas ha vuelto a estar reunido y la han liado como siempre.
Posdata yo era el único que hoy curraba.
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